El marketing en la industria de la alimentación representa un verdadero jeroglífico para la mayor parte de la población; ya que nadie nos enseña la correcta interpretación/lectura del
etiquetado nutricional.



¿Cuántos de vosotros habéis comprado un producto que promocionan como casero/artesano/ integral/ con semillas y cereales/ sin aditivos… pensando que era una estupenda
elección? Pues es muy probable que no lo fuera…






El 80% de las opciones que hay dentro de un supermercado no son demasiado saludables, es un porcentaje que asusta sin lugar a dudas.
Hoy queremos abriros los ojos y daros unos sencillos trucos para hacer elecciones más conscientes en el supermercado, ¡toma nota!

1. Deja de mirar la tabla de composición y empieza a fijarte en la lista de ingredientes.

2. La lista de ingredientes está ordenada de mayor a menor peso. Es decir, el primer ingrediente es el mayoritario y el último el menor.

3. Cuantos menos ingredientes tenga un producto mejor. Si ponemos el límite en 5 ingredientes hacemos un gran cribado de la mayoría de alimentos ultraprocesado, aunque siempre hay excepciones.

4. Respecto a los azúcares, se recomienda no consumir productos que contengan más de 5grs de azúcares por 100grs de producto.

5. Respecto a las grasas, evitar alimentos procesados que contengan aceites refinados tipo; aceite de palma, aceite de girasol, aceite de maíz, aceite de colza/ nabina... Priorizar siempre el aceite de oliva.

6. Respecto a la sal, evitar alimentos procesados que contengan más de 0,5gramos de sal por 100grs de producto.

7. Fecha de consumo preferente: indica la fecha aproximada hasta la cual el alimento conserva sus propiedades organolépticas.

8. Fecha de caducidad: es el día límite para un consumo óptimo desde el punto de vista sanitario, es un indicador de seguridad alimentaria.